El Domingo 9 de Marzo de 2008 en el suplemento Magazine del periódico «La Nueva España» leí un artículo del escritor catalán Quim Monzó titulado «Mis largas horas en la biblioteca» en el que compara cómo eran las bibliotecas en su niñez frente a lo que él considera que se han convertido hoy en día, lugares ruidosos dónde los bibliotecarios/as intentan atraer a los usuarios instalando videojuegos, ya que cómo el mismo relata es tan difícil como conseguir que vayan a la iglesia.
Y dice así:
«…¿el siguiente paso será instalar juegos de vídeo en las iglesias?Para justificarlo, el sacerdote podría utilizar la misma frase que la bibliotecaria, con un ligero cambio:»Conseguir que los chicos vayan a la iglesia es como conseguir que vayan a la biblioteca: no es precisamente lo que más ilusión les hace»…
Para terminar diciendo:
«Lo crean ustedes o no, a principios de los ochenta yo era un as del Pac-Man, lo que entonces llamaban «un number one» y ahora «el puto amo». Hace tiempo que no practico , pero, en cuando instalen uno en la biblioteca de mi barrio, recupero la forma en dos días»
Y, digo yo:
1º) Hay muchos tipos de bibliotecas, así como muchos tipos de bares, así como hay muchos tipos de bibliotecarios como muchos tipos de camareros.
2º) También hay bibliotecarios hombres, verdad?
No estoy de acuerdo, esa no es la idea que la gente debe tener las bibliotecas ni de los bibliotecarios, los cuales trabajan muchísimo para atraer a los usuarios a las bibliotecas, ¿ayudados de las nuevas tecnologías?, ¿por qué no? Los tiempos están cambiando a pasos agigantados y claro, nosotros los bibliotecarios también tenemos que adaptarnos a ellos y la mejor opción es que los chicos lean, jueguen, se diviertan, aprendan y sobretodo y lo más importante que aprendan a relacionarse con las bibliotecas, así como sentirse parte de ellas.
Feliz Semana Santa!!!!
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