Aunque ha pasado más de una semana desde su publicación, no me quito de la cabeza la interesante entrada que el gurú del marketing Seth Godin dedicó, como sucediera el año pasado, al futuro de la biblioteca.
Y no me lo quito de la cabeza porque, además de ser largo y estar en inglés, dió un buen repaso a las bibliotecas y a su personal, provocó debate, generó controversia y todo tipo de opiniones, desde las más agrías y sulfuradas llegando a los que no le quitan parte de razón.
Yo ni quito ni pongo, sino todo lo contrario, así que me quedo con el colofón de la entrada de Godin:
Necesitamos bibliotecarios más que nunca. Lo que no necesitamos son simples empleados que guarden el papel muerto. Los bibliotecarios son demasiado importantes como para que su voz se apague en nuestra cultura. Para el bibliotecario avispado, esta es la oportunidad de su vida.
Esto es tan cierto como que el agua se mueve cuesta abajo. Pero tenemos un problema y sobre todo en ciertos tipos de bibliotecas, hay profesionales que solamente son profesionales por el sueldo mensual, porque les molesta simplemente que un usuario les pida que le busque un libro, ya ni te cuento si encima le pedimos que se ponga al día con las nuevas tecnologías.