Ayer mismo leí una noticia sobre un tema muy recurrente en los últimos años: la memoria histórica. Esta vez tenía que ver con el estado de los archivos militares y la dificultad de acceso público a sus fondos documentales.
Asociaciones a favor de la recuperación de la memoria histórica e historiadores reclaman un eficaz acceso a la información y se quejan de la desorganización y abandono de los documentos y, según afirman, la falta de personal es la principal causa.
Lo sorprendente de todo esto es la extrañeza con la que el gobierno central recibió la noticia. ¿Acaso uno de los derechos fundamentales de todo ciudadano no es el de acceso a la información? ¿Y cómo es posible garantizar acceso universal a fondos tan voluminosos sin una adecuada organización y difusión?
Si a los profesionales dedicados a ello poco caso se les ha hecho siempre que se han quejado de esta situación, al menos deseamos que, con esta llamada de atención de los propios usuarios, los responsables por fin reaccionen y valoren en su justa medida el trabajo de los archiveros.
No hay mal que por bien no venga…
¡Hasta la próxima!
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