La Red que cayó en el olvido
ALEX WRIGHT (NYT) – Mons – 05/07/2008
En 1934, Paul Otlet esbozó los planes para construir una red global de ordenadores que permitiría a la gente buscar y navegar por millones de documentos, imágenes y archivos de audio y de vídeo interconectados. Describió cómo la gente utilizaría los aparatos para enviarse mensajes unos a otros, compartir archivos e incluso congregarse en redes sociales online. Llamó a todo esto una réseau, que puede traducirse como red.
Los historiadores suelen remontar los orígenes de la World Wide Web por un linaje de inventores anglo-estadounidenses como Vannevar Bush, Doug Engelbart y Ted Nelson. Pero más de 50 años antes de que Tim Berners-Lee sacara el primer navegador web en 1991, Otlet (pronunciado “ot-LEI”) describió un mundo interconectado en el que “cualquier persona desde su sillón será capaz de contemplar el conjunto de la creación”.
El legado de Otlet, un pionero de la tecnología caído en el olvido, está expuesto en un museo diminuto llamado el Mundaneum, escondido en una calle estrecha en el extremo noreste de la ciudad medieval de Mons (Bélgica). Aunque la proto-Red de Otlet se basara en una mezcla de tecnologías analógicas, como fichas y máquinas de telégrafo, anticipaba sin embargo la estructura conectada con hipervínculos de la Internet actual.
La visión de Otlet dependía de la idea de una máquina en red que recogiera los documentos utilizando enlaces simbólicos. Aunque puede que dicha noción parezca evidente en la actualidad, en 1934 marcó un hito conceptual. “El hipervínculo es una de las invenciones más infravaloradas del último siglo”, asegura Kevin Kelly, ex director de la revista Wired. “Irá junto a la radio al panteón de los grandes inventos”.
En los últimos años, un reducido grupo de investigadores ha empezado a resucitar la reputación de Otlet, volviendo a publicar algunos de sus escritos y recaudando dinero para establecer su museo y archivo en Mons. (Leer más)
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