Mirando a la ciudad desde lo alto, en una pequeña loma donde se inicia los jardines de La Rodriga y desde la que la vieja torre de la Catedral nos sigue observando, se alza el edificio de los años 40 del siglo pasado que alberga el Seminario Metropolitano de Oviedo, que tras una larga historia de rechazos y cambios de sedes logra tener su propio edificio en los campos de la antigua ermita de San Cipriano y siguiendo el modelo propiciado por el Concilio de Trento.
Y tras este edificio sobrio, más bien frío, se esconde su biblioteca, que desde 1945 guarda tesoros e historias que ahora empiezan a conocerse y difundirse entre el público curioso y amante de los libros.
La visita, organizada por APEI, algunos de sus socios pudieron visitar ayer, guiados por su bibliotecaria, Judit, primera mujer bibliotecaria en estos aposentos, todos las salas, rincones que tiene esta singular biblioteca y en la que se ocultan verdaderos tesoros bibliográficos que poco a poco verán más la luz, como es el que caso de la selección de 25 Biblias, todas ellas originales del siglo XVI al XX que actualmente forman parte de una exposición en la sala principal, y la más bella, de la biblioteca.
Nos condujo también Judit hasta la zona más oculta, y también más valiosa y bella para nosotras/os, de la biblioteca donde se custodia la colección más antigua. Respiramos pergamino, viejas clasificaciones curiosas, viejos tomos, curiosos nombres, todo ello catalogado en el Fondo patrimonial y que nos llevó en la imaginación hasta las escaleras y salas ocultas de aquella misteriosa biblioteca de la abadía francesa donde ocurrían oscuros asesinatos.
Una tarde de descubrimientos increíbles en estupenda compañía y haciendo lo que nos gusta, tiempo siempre entre libros.
5 diciembre 2017.
Chelo Veiga. Vocal de APEI
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